Un soplo de aire fresco
Llevar la alegría del verano a tu casa, no implica renovarlo todo.
Con los textiles adecuados, los accesorios y jugando con los espacios, puedes conseguir que tu casa respire frescura, llevar un ambiente costero al salón o llenar de puro optimismo tu dormitorio.

La serenidad del blanco. Conseguir que un salón respire calma, solo requiere un balance acertado de tonos combinado con blancos.
Pequeños objetos decorativos, cuadros, cojines, papel pintado, que se ha convertido en un elemento decorativo para dar un toque muy personal a cualquier espacio o una pared estratégicamente pintada, llenará nuestra casa de la paz que da una suave transición de color.
Combinar blancos, con madera y cristal equilibra una decoración contemporánea aportando un suave toque delicado.
El toque estival se consigue con un estampado grande y atrevido en un tono intenso con blancos que proporcionará una sensación de frescor y limpieza. Perfecto para las temperaturas del verano. Una mesa o mueble de madera natural de textura rugosa y una alfombra de fibra como contrapunto.
Otra opción, son los verdes. Cuanto más luminosos mejor. Inyectan energía positiva en nuestra casa. Un pequeño toque basta para transmitir fuerza vital.

La abundancia de este color en nuestra decoración habla del poder y la exuberancia de la naturaleza. El verde añade frescor y armonía a nuestro entorno.
Grandes plantas que se convierten en protagonistas, cuadros o láminas donde predominan los tonos verdes o cojines estampados, motivos vegetales, hojas exóticas, palmeras, plataneras…

No te quedes con la sensación, busca la verdadera emoción y disfruta de un verano bien decorado.